lunes, 23 de junio de 2014

En mi particular hoguera



Vuelve la noche más mágica del año y con ella los deseos de creer que podemos quemar todo lo malo y construir desde nuestros sueños todo lo que anhelamos.  

Aprovecharé esta noche para quemar en mi particular hoguera aquello de lo que quiero deshacerme sin darle ni tan siquiera una despedida.

Quiero quemar más de una lágrima derramada, quemar los enfados absurdos y los no tan absurdos que me han hecho sentir mal, quemar los problemas que me atormentaron en noches de insomnio y que, a su vez, me quitaron la sonrisa en largos días sin sentido.

Quiero deshacerme del peso de mi mochila, ese que va cargándose con el pasar de los días y de los problemas no resueltos, en realidad quiero quemar la mochila entera, tal vez estrenando mochila nueva vea con más claridad como ordenarla, lo nuevo siempre ilusiona y al menos durante un tiempito funciona!

Quiero quemar el dolor que he visto a mi alrededor, el de personas próximas a mí y de quien no está tan cerca pero sé que camina por su propio calvario.

Y quiero construir. Construir desde mis sueños. Quiero el atrevimiento necesario para perseguir lo que me ilusiona y sentir tierra firme bajo mis pies volátiles, esos que se alzan con tanta facilidad.

Quiero saberme fuerte sin necesidad de demostrármelo a cada paso que doy y quiero calma y sosiego, al menos una vez al día, todos los días del año. Ya sé que esto es mucho pedir, pero le hablo a la noche de los deseos, ¿verdad?

Y quiero tener la certeza de que no equivoqué el paso en las decisiones tomadas, quiero saber que lo mejor siempre está por llegar y que llegará.

Deseo trazar un camino nuevo donde pueda transitar por un punto de locura junto a otro de cordura, donde pueda subirme de vez en cuando a la cresta de la ola sin caer al vacío precipitadamente y hacer de ello una noria imparable, deseo un camino donde sentirme segura pero donde también tenga cabida la pasión, esa que le da el empujón a mi cabeza loca.

En fin, que aquí, en estas líneas, dejo escrito para esta noche lo que voy a quemar en mi hoguera y lo que voy a desear junto a esa misma hoguera.

Feliz noche de San Juan para todos y feliz verbena!




viernes, 13 de junio de 2014

Si cierro los ojos y te pienso...




Si cierro los ojos y te pienso, en mis primeros recuerdos de infancia, te veo encima de un escenario sacando de la chistera a Chispa, nuestro conejo que en aquellos tiempos, entre función y función, vivía en nuestra casa como el que tiene un perro y al que yo, de niña, daba de merendar (a escondidas tuyo) galletas todas las tardes. Y hoy cumples setenta años, madre mía, cuanto camino recorrido….

Se te conocía, por aquel entonces, como el mago de las palomas multicolores, que también ellas vivían en nuestra casa y yo iba fardando por ahí de tener palomas de todos los colores habidos y por haber J .En el mundo del espectáculo me consta que aun te recuerdan así.

Alquimista de ilusiones, capaz de hacer desaparecer y aparecer en un plis-plas cualquier objeto que te quepa en una mano, sé que recordar aquella época aun te eriza la piel, que acercarte a un escenario puede emocionarte hasta hacerte saltar las lágrimas, sé que la magia es tu gran pasión y, aunque aquella maravillosa época pasó, el mago que llevas dentro de vez en cuando se queja y pide salir un ratito aunque sólo sea para nosotros.

Si cierro los ojos y te pienso, te recuerdo con tu guitarra cantando canciones de Moncho, el rey del bolero, que yo tarareo distraídamente más veces de las que soy consciente, te veo rodeado de esos amigos que vibraban en tu misma frecuencia y, siempre que te pienso así, me emociono  tanto como tú con tu magia.

También te recuerdo trabajando en tu despacho, capaz de vender lo invendible, comercial cotizado por el que hoy se pelearía más de un empresario. Falta en el mundo laboral profesionales de tu categoría. Si hoy sé vender como sé hacerlo, es porque llevo tu escuela interiorizada y sólo tengo que dejarla fluir.

Cuando cierro los ojos y te pienso, vuelvo a las conversaciones infinitas que hemos mantenido siempre, donde todo cabe y todo es digno de ser filosofado hasta la saciedad. Vuelvo a las confidencias hechas a media voz de toda una vida, donde únicamente la exactitud de cualquier situación se nos muestra nítida por difícil que sea, desnuda de adornos inútiles que puedan disfrazar una verdad costosa de soportar. Con la sinceridad por bandera hemos ido tejiendo, día a día, nuestra relación, esa relación de la que hoy nos sentimos tan y tan orgullosos.

Cuando miro atrás y veo el camino recorrido, sé que no siempre fue fácil, sé que nos hemos dejado la piel en cada paso dado, sé que ha sido necesario cada disgusto para poder gozar de cada alegría, sé que en cada tropiezo estábamos, de mejor o de peor manera, juntos.

Y sé quién eres, sé dónde estás, sé qué sientes y cómo lo sientes, sé el padre que tengo y sé lo orgullosa que me siento de él.

Sé que te adoro. Y sí, sé también la rabia que te da cumplir setenta años J. Pero es lo que hay, hoy toca cumplir los setenta y los llevas muy, pero que muy bien.

Te quiero papá, muchísimas felicidades!!!